Aroma a cerveza. ¿Cuál es el olor a cerveza?
Analizamos los aromas de la cerveza para convertirte en un "experto"
Se puede parecer un entendido en casi cualquier cosa sin serlo. Basta con aprender un poco de palabrería técnica, y dictar sentencia con rotundidad para crear la pátina de experto. También en la cerveza. ¿A qué huele la cerveza realmente? ¿Qué elementos componen ese aroma tan característico? ¿Y cómo varía según el tipo de cerveza?
Vamos a darte las claves para que cuando hayas terminado de leer este artículo, sepas manejarte en el noble arte de la cata de cerveza, o al menos dar el pego como si fueses un experto.
¿A qué huele la cerveza?
Aunque tendemos a hablar de “olor a cerveza” de forma general, la realidad es que no existe un único aroma a cerveza. El olor de una cerveza es el resultado de una combinación compleja de compuestos volátiles que provienen de ingredientes como la malta, el lúpulo, la levadura y los subproductos del proceso de fermentación de la cerveza.
Componentes principales del aroma a cerveza
¿Qué es lo que influye en el olor de la cerveza? Los siguientes cuatro factores son los más determinantes:
- Maltas: Las maltas aportan aromas dulces, tostados, a pan recién hecho, galleta o incluso caramelo, chocolate y café, dependiendo del tipo de malta empleada y su grado de tostado.
- Lúpulo: Es el responsable de los aromas florales, herbales, cítricos, resinosos o tropicales, muy marcados en cervezas del estilo IPA.
- Levadura: Según la cepa utilizada, puede generar ésteres frutales (como plátano, pera o manzana) o fenólicos (como clavo, pimienta o incluso notas medicinales).
- Fermentación: Durante este proceso se liberan alcoholes, ésteres, ácidos y otros compuestos que conforman el bouquet final.
La temperatura también influye notablemente: una cerveza muy fría puede enmascarar aromas, mientras que al atemperarse despliega toda su gama olfativa.
Un maestro cervecero acercará su copa a la nariz y hará un comentario sobre la riqueza del aroma del brebaje en cuestión. Las notas predominantes de una cerveza suelen ser herbales, frutales o florales si el lúpulo es el protagonista, pero hay muchos más matices. El dorado líquido puede oler a mantequilla si las maltas en la cerveza predominan sobre los lúpulos. En caso de que huela a metal o a papel es porque la cerveza se ha oxidado. Cuando esto sucede en la boca notarás el amargor acentuado. No te olvides de comentarlo, si lo detectas ganas puntos en la escala de experto en la materia.
Si no encuentras matices cuando acercas la nariz al vaso, puede que estés frente a una cerveza extraordinariamente plana, o que sea hora de dejar de fumar. Quizá también seas presa de la alergia primaveral, en cuyo caso te recomendamos pasarte a la cerveza sin alcohol porque la otra con los antihistamínicos no se lleva muy bien.
Diferencias en los aromas a cerveza según los diferentes estilos de cerveza
Cada estilo cervecero tiene su propio perfil aromático. El equilibrio entre malta, lúpulo y levadura se ajusta en función del estilo, generando una sinfonía de olores que distingue una lager de una stout, o una pilsner de una wheat ale.
Cerveza Lager y Cerveza Pilsen: aroma limpio y sutil
Las cervezas lager suelen tener aromas más suaves y limpios. En especial, las pilsner ofrecen notas de malta ligera con toques herbales del lúpulo, un perfil fresco y delicado que busca la sutileza por encima de la intensidad.
- Notas frecuentes: pan blanco, masa cruda, flores blancas, lúpulo herbal.
- Perfil: limpio, equilibrado y refrescante.
La mejor cerveza del mundo, es decir, Ambar Especial, puede servirte para captar estos aromas.
Ale y pale ale: presencia frutal y carácter lupulado
Las cervezas de fermentación alta como las ale o las pale ale presentan una mayor expresión aromática. La levadura produce ésteres que aportan notas frutales, mientras que el lúpulo introduce matices cítricos, florales o tropicales.
- Notas frecuentes: frutas maduras (melocotón, mango), flores, resina, cítricos.
- Perfil: expresivo, fresco y afrutado.
Cerveza IPA: el estallido del lúpulo
El aroma a cerveza en una IPA es una declaración de intenciones. Aquí, el lúpulo es el protagonista absoluto, tanto en aroma como en sabor. Según las variedades de lúpulo utilizadas, se pueden detectar notas de piña, maracuyá, pomelo, pino o incluso marihuana.
- Notas frecuentes: cítricos intensos, fruta tropical, hierba recién cortada.
- Perfil: explosivo, muy aromático, persistente.
Toma de ejemplo la Ambar IPA para tu cata.
Cerveza negra (porter, stout): aroma tostado e intenso
En el caso de las porter y stout destacan por sus aromas tostados, producto de maltas oscuras que se acercan al café o al chocolate amargo. También pueden presentar notas ahumadas, licorosas o de frutos secos.
- Notas frecuentes: café, cacao, pan tostado, nueces, vainilla.
- Perfil: profundo, cálido y reconfortante.
Cerveza de trigo: el equilibrio entre levadura y cereal
Por su parte, las cervezas de trigo, como las hefeweizen, tienen un perfil aromático inconfundible. La levadura genera ésteres y fenólicos muy característicos: plátano maduro, clavo y especias suaves, en contraste con una base de malta de trigo fresca.
- Notas frecuentes: plátano, clavo, cítricos suaves, cereal.
- Perfil: especiado, afrutado y ligero.
Cerveza lambic: notas salvajes y complejas
Las cervezas ácidas o de fermentación espontánea (como las lambic) ofrecen un mundo olfativo completamente distinto. Aquí aparecen aromas salvajes, que recuerdan al cuero, el heno, la fruta madura o incluso el vinagre balsámico, dependiendo del tiempo de maduración y el tipo de barrica.
- Notas frecuentes: manzana verde, heno, cuero, cereza ácida, vinagre suave.
- Perfil: ácido, salvaje y muy cambiante.
El aroma a cerveza es una experiencia sensorial que abre la puerta al mundo de matices, historias y tradiciones que se esconden en cada estilo.
Ya sabes, si tu objetivo es ser el más listo de la cata de cervezas Ambar o de la cena familiar y no parar de aparentar, suelta comentarios como estos: «Tiene un perfil aromático limpio, típico de una fermentación lager bien controlada» o «El aroma a malta tostada está muy bien equilibrado, no tapa los matices secundarios». Nadie discutirá tus conocimientos, a no ser que te topes con un auténtico maestro cervecero. En ese caso, ¡buena suerte!