Cerveza en jarra helada ¿Hack cervecero o herejía?
Descubre el resultado cuando la cerveza es servida en un recipiente helado
Cuando el mercurio sube, ascienden a la par las ganas de consumir una cerveza en jarra helada. Sin embargo, por apetecible que pueda resultar, lo cierto es que la perjudica a la calidad de nuestro preciado líquido.
En el contacto de la cerveza con el recipiente helado se rompe el carbónico y comienza el deshielo. Resultado, una bebida con menos espuma de cerveza de la que debería y además, algo aguada.
¿Qué pierde la cerveza en jarra helada exactamente?
Los elementos que más afectados se ven son sus aromas y sabores más complejos, además de la carbonatación que le da cuerpo y frescura a la cerveza, de esta forma, la cerveza se convierte en una bebida mucho menos interesante y plana.
Has notado que la cerveza en jarra congelada tiene mucha menos espuma de lo normal. Si en tu bar de confianza te tiran mal hasta una pinta de cerveza quizás no lo tengas tan presente, pero lo normal es que una jarra traiga al menos dos dedos de espuma. Por su parte, la jarra muy fría suele consumir el cuerpo de la espuma en los primeros momentos y deja la cerveza con menos de la que debería tener. Además, cuando la escarcha de las paredes de la jarra se deshiela, condiciona la apariencia y textura de la cerveza.
Por lo tanto, cuando bebes una cerveza en jarra helada se podría casi decir que te estás bebiendo otra bebida, una mucho más aburrida. Quizás la solución más lógica en ese caso es comprar Ambar Radler, es una opción igual o más precisa para las altas temperaturas y no necesitas que el recipiente esté constantemente derritiendo hielo para que la toleres.
¿Por qué pierde matices la jarra de cerveza helada?
El frío excesivo al que se expone la cerveza reduce la cantidad de dióxido de carbono que se libera, además, se ralentiza la volatilización de los compuestos aromáticos más característicos del preciado líquido. Cuando la cerveza se sirve a temperaturas muy frías (por debajo de los 4 °C), la capacidad de disolución del CO₂ se ve reducida, lo que afecta directamente a la efervescencia de la bebida. Además, al reducirse la volatilización de los compuestos aromáticos en la cerveza muy fría, los aromas complejos, que son cruciales para la experiencia sensorial, quedan significativamente reducidos.
Por otro lado, el frío puede adormecer las papilas gustativas, dificultando la percepción de los sabores complejos de la cerveza.
¿Nos enfada que después de comprar Ambar Especial decidas bebértela en una jarra de cerveza fría? Un poco, es como que el que decide ir a un restaurante de estrella michelín el día que está malo, todas las comidas le van a saber igual. La mejor cerveza del mundo hay que saber beberla, no desperdiciarla de cualquier modo.
¿Es un pecado beberse una jarra de cerveza fría?
Pero… seamos honestos, ¿merece la pena beberse una jarra de cerveza fría a cambio de perder los aromas y sabores más complejos? En ciertas situaciones probablemente sí. Dada la cantidad de cervezas que puede consumir cualquier ser humano a lo largo de sus días, es más que probable que aquellas cervezas en jarra helada supongan un porcentaje ínfimo.
Por lo tanto, hay momentos para disfrutar de la cerveza en todas sus formas, de hecho, algunos te dirán que para saborear todos los matices de la cerveza ¡tiene que estar caliente!, y a quién vamos a engañar a nadie le gusta la cerveza caliente. Por desgracia, todos sabemos que no nos agrada a altas temperaturas porque nos hemos visto obligados a beberla en esas condiciones alguna que otra vez.
Así que bébetela como quieras, lo importante de la cerveza es saber disfrutarla y compartirla. Una jarra bien fría en un chiringuito de playa junto a tu familia o amigos quizá no te descubra aromas o sabores que no conocías de tu cerveza favorita. No es el contexto ideal para ponernos a hacer una cata de cerveza, pero seguro que te acompaña de la mejor forma posible en conversaciones, sobremesas o tardeos perfectos.
Cerveza fría vs cerveza bien servida: ¿qué prefieres?
Tampoco te vamos a obligar ahora a que te bebas la cerveza en jarra helada, porque estás desperdiciando oro líquido, pero está claro que si te gusta así no estás cometiendo un crimen. Por eso, queremos saber qué prefieres tú en condiciones extremas, ¿o ni siquiera necesitas que sean extremas para servírtela bien fría?
Si algo está claro es que hay otras marcas de cerveza que independientemente de la temperatura a la que sirvan su producto, no vas a notar gran diferencia de sabor, ya sabes, las elaboran pensando en los amantes del agua. Pero seamos serios, no se puede comprar Ambar Montañesa o comprar Ambar 10 para servir muy fría.
De todos modos, esto te lo preguntamos “sin ánimo de lucro: ¿tú que prefieres?”