Como ya sabrás, la graduación de una cerveza se mide en grados. ABV es la abreviatura del término inglés Alcohol by Volume, que traducido al español significa Alcohol por Volumen y se utiliza en todo el mundo de las bebidas alcohólicas.
¿Qué es el ABV o Alcohol by Volume?
El ABV (Alcohol by Volume), o alcohol por volumen, es una medida estandarizada que indica el porcentaje de alcohol etílico presente en una bebida. Por ejemplo, si una cerveza tiene un ABV del 5%, significa que el 5% del volumen total del líquido es alcohol puro. Esta es una de las formas más comunes de etiquetar la graduación alcohólica de las bebidas que lo contienen. ¿Sabías que la cerveza con más graduación del mundo tiene un 67,5% de alcohol puro en su composición?
El ABV es la forma estandarizada y legalmente aceptada a lo largo y ancho del planeta para indicar la graduación alcohólica de cualquier bebida fermentada o destilada, desde una cerveza artesanal hasta un whisky escocés. Esta cifra ayuda al consumidor a conocer la graduación de una bebida, compararla con otras y consumirla con responsabilidad.
¿Qué bebidas alcohólicas incluyen ABV?
Todas, al igual que podemos ubicar el ABV en la parte trasera del etiquetado de cualquiera de nuestras cervezas (puedes comprarlas en la tienda Ambar y corroborarlo tú mismo), también aparece en el del vino, sidras, vermuts, licores y cócteles preparados.
El ABV es un dato que tiene que estar sí o sí. En otras palabras, es obligatorio ponerlo en la etiqueta de bebidas alcohólicas en la mayoría de países y es un indicador que cuenta con una gran importancia tanto para los fabricantes como para los consumidores. Por lo tanto, el ABV es ese numerito con decimales que nos dice cuánto alcohol estamos bebiendo en proporción al volumen total del líquido. Simple, pero esencial.
Fórmula básica del ABV
Para calcular el ABV de una bebida alcohólica se sigue esta fórmula:
ABV (%) = (Densidad inicial – Densidad final) × 131,25
Por un lado, la densidad inicial, es decir, la densidad del líquido antes de fermentar (con todos los azúcares).
Y por otro, la densidad final, que es la densidad después de la fermentación (cuando los azúcares ya han sido transformados en alcohol).
Cuando contamos con ambos datos, se le resta la densidad final a la inicial y finalmente, el resultado se multiplica por 131,25, que es un factor estándar para convertir esa diferencia de densidad en un porcentaje de alcohol en volumen.
¿Qué instrumentos se utilizan para medir el ABV?
- Densímetro o hidrómetro
- Refractómetro
Para calcular el ABV de una bebida, es necesario conocer la densidad del líquido antes y después de la fermentación. Para ello, se utilizan principalmente estos dos instrumentos: el densímetro y el refractómetro.
El densímetro (también llamado hidrómetro) es el instrumento más tradicional. Se introduce directamente en una muestra del líquido y flota en función de su densidad. Gracias a él, se pueden obtener los dos datos clave: la densidad del líquido antes de la fermentación y la densidad tras completar el proceso. Su funcionamiento se basa en el principio de desplazamiento de volumen, simplemente, cuanto más denso es el líquido, más flota el instrumento.
Por otro lado, el refractómetro permite medir la concentración de azúcares utilizando solo unas gotas del líquido. Funciona midiendo el índice de refracción de la luz al atravesar el mosto o la bebida. Es especialmente útil en etapas tempranas del proceso, antes de la fermentación, ya que ofrece resultados rápidos y precisos. Sin embargo, cuando ya hay presencia de alcohol, es necesario aplicar correcciones a las lecturas, porque el etanol modifica el comportamiento de la luz en el líquido y puede alterar el resultado final si no se ajusta adecuadamente.
¿Cuál es el ABV de las cervezas?
El Alcohol by Volume de las cervezas puede variar considerablemente según el estilo, el proceso de elaboración y el objetivo del maestro cervecero. No existe un único valor estándar, ya que algunas cervezas están diseñadas para ser ligeras y refrescantes y otras para ofrecer más intensos y complejos, lo que suele implicar que lleven una mayor cantidad de alcohol.
Además, factores como el tipo de levadura de cerveza, la cantidad de azúcares fermentables y el tiempo de fermentación influyen directamente en el porcentaje final de alcohol. Por eso, al elegir una cerveza, el ABV es un dato relevante tanto para apreciar su perfil como para moderar su consumo.
Rangos comunes del ABV en cerveza
Aunque hay excepciones, estos son los rangos más habituales en función del tipo de cerveza:
- Cervezas sin alcohol: 0,0% a 0,9% ABV
- Cervezas ligeras: 3% a 4,5% ABV
- Cervezas estándar (cerveza lager, ale, cerveza pilsen): 4,5% a 6,5% ABV
- Cervezas fuertes (IPA, belgas, dobles, bocks): 6,5% a 9% ABV
- Cervezas extremas (imperial stout, barleywine, especiales): 10% a 15% o más
¿Cómo afecta el Alcohol by Volume al sabor de la cerveza?
El ABV influye bastante en el sabor de la cerveza. A mayor ABV, más cuerpo, calidez alcohólica y, en muchos casos, intensidad de sabor. Esto se debe a que las cervezas con alto ABV pueden incluir más maltas, lúpulos y otros ingredientes que enriquecen su perfil.
Por el contrario, las cervezas con bajo ABV tienden a ser más ligeras, refrescantes y secas, ideales para el consumo frecuente o en climas cálidos. También influye en el balance general: en cervezas muy lupuladas, por ejemplo, el alcohol puede suavizar el amargor.
Y esto también afecta a la temperatura ideal de la cerveza, su maridaje adecuado, conservación… Por lo tanto, podríamos decir que el ABV además de medir la graduación alcohólica de la cerveza, también nos va a dar información sobre la percepción del sabor, la textura y el carácter de una cerveza.