Radler. Origen de la cerveza con limón
Las definiciones de una Radler son tantas como sus nombres, lo que no cambia es cómo surgió
Para algunos, la cerveza radler o cerveza con limón es un brebaje extra refrescante, de trago largo, el antídoto cuando el mercurio no da tregua. Para otros, una especie de mejunje que parte de la cerveza y al añadirle zumo o refresco de limón la estropea. No importa si es de tu gusto o si eres de los que ni siquiera la considera cerveza, lo que no cambia es la historia de cómo nació está combinación y cómo se popularizó una de las mezclas más consumidas en el sur de Europa.
¿Qué es la cerveza Radler?
La cerveza Radler es muy popular en varios países europeos, especialmente en Alemania y Austria. Consiste en una mezcla de cerveza, generalmente una de estilo lager, con algún tipo de refresco, que suele ser limonada o un refresco de limón.
La proporción de la mezcla puede variar, pero lo más común es que contenga aproximadamente la mitad de cerveza y la mitad de refresco, lo que resulta en una bebida ligera y refrescante, con menor contenido de alcohol que la cerveza tradicional.
Cómo surgió la Radler
Aunque la escritora bávara Lena Christ ya mencionaba esta bebida en un libro de memorias en el año 1912, la teoría más aceptada sobre el origen de la Radler es que surgió, como casi todos los maravillosos descubrimientos de la humanidad, fruto de la casualidad y de la necesidad.
Corrían los “felices años 20”, y más en concreto el feliz verano de 1922, cuando un club de ciclistas frenaron sus bicicletas y pararon a tomar su ganado avituallamiento en Kugler Alm, el establecimiento que Franz Xaver Kugler (a la derecha en la foto), un trabajador del ferrocarril reconvertido a tabernero, había levantado en Deisenhofen. Este idílico lugar de Baviera lleno de frondosos bosques estaba situado a una veintena de kilómetros al sur de la capital bávara, Munich. La majestuosidad del paisaje lo había convertido en un destino idóneo para los excursionistas que buscaban relax y aire puro lejos de la ciudad.
Después de la I Guerra Mundial, Europa vivió un auténtico boom de la bicicleta y era muy habitual organizar rutas y excursiones con este medio de locomoción para grupos de aficionados. Y, por este motivo, Kugler construyó una pista destinada a las bicicletas cerca de su taberna.
Hasta ella, aquella tarde de junio, se acercaron multitud de ciclistas demandando cerveza para saciar su sed e hidratarse después del ejercicio. Todo iba de maravilla hasta que el señor Kugler se percató de que su reserva de cerveza comenzaba a disminuir, mientras que la llegada de clientes sedientos era cada vez mayor.
Así las cosas, el hostelero bávaro se puso manos a la obra y comenzó a mezclar cerveza con limonada para no dejar a ningún cliente sin refrigerio. Las jarras que se sirvieron aquel día contenían una mezcla formada por un 50% de cerveza y un 50% de limonada, una bebida de la que sí tenía alto stock ya que la clientela, habituada a la cerveza, le daba poca salida.
De esta manera nació lo que Kluger llamó Radlermass. Radler, que deriva de la palabra “fahrradfahrer” (utilizada en el alemán coloquial para referirse a los ciclistas) y Mass, que es el vocablo referido a las jarras de cristal de un litro, muy típicas en Baviera.
La popularidad de la Radlermass de Krugler corrió como la pólvora y, en poco tiempo, no hubo ‘biergarten’ de Munich que se preciase que no contase con ella. Con el tiempo, esta exitosa combinación ha cruzado fronteras y podemos degustarla con normalidad y frecuencia.
Las cervezas Radler de Ambar
Nosotros contamos con dos cervezas con limón en nuestro portfolio, Ambar Radler, la interpretación de esta mezcla refrescante de cerveza especial y limón, con 2,5 vol de alcohol y Ambar Radler 0,0. Sin olvidarnos de una de las cervezas históricas de Ambar, Ambar Lemon. Y esto nos lleva inmediatamente a la siguiente pregunta, ¿Son ambas cervezas radler o solo lo sería la que tiene algo de alcohol en la mezcla? La evolución del mercado y las denominaciones por las que han optado las diferentes marcas para sus cervezas han sembrado la confusión entre los consumidores. No hay una respuesta válida, solo una conclusión válida; se llame como se llame, lo importante es que sacie nuestra sed cervecera.