Ser pequeño sabe mejor
¿A qué sabe ser pequeño?
Seguro que lo has oído, porque hemos tratado de decirlo muy alto, ser pequeño sabe mejor. Que somos pequeños y hacemos grandes cervezas. Y lo más importante: que somos Ambar. Pero y esto, ¿a qué sabe?
- Sabe a fijarnos en los pequeños detalles, que es donde se esconden las grandes historias.
- Sabe a ser la única cervecera que elabora con lúpulo recién molido. Y eso no es para presumir en un anuncio, sino mantener la frescura de nuestras cervezas durante mucho más tiempo.
- Sabe a apoyar iniciativas que, sin importar su tamaño, ponen en marcha proyectos muy grandes. Ya sea un festival muy cool pero de música clásica, o a un equipo campeón de Europa pero cuyos abonados cabrían en su totalidad en la cafetería del Benabeu. ¡Mejor pensado, el tamaño importa, y sois enormes!
- Sabe a trabajar despacio y con buena letra, con el cariño como ingrediente. Que el mimo no aparece en las etiquetas pero también suma se saborea
- Sabe a ser una pequeña cervecera que elabora a orillas del río Ebro. Acunados por el cierzo, con perseverancia, quizá incluso obstinación, la cerveza que nos gusta. La que ves.
- Sabe a tener espíritu innovador, desde siempre, y a elaborar nuestras cervezas pensando en que todos puedan disfrutarlas. Por eso nuestra gama cuenta con opciones para los que prefieren las tres maltas, para los que no pueden tomar gluten, o azúcar, o para los más ‘ambiciosos’, siempre deseosos de probar cosas nuevas.
- Sabe al ingenio de unos zaragozanos que para dar salida a la cebada de Aragón -mucha y de gran calidad- fundaron la fábrica La Zaragozana allá por 1900.
- Sabe a llevar más de 120 años haciendo las cervezas que a nosotros nos gustaría beber y mantener las ganas como nuevas.
Y lo más importante, sabe a honestidad. A reconocer que somos pequeños, y además estar orgullosos de serlo.