Anécdotas cerveceras de la Historia
La gran inundación de cerveza en Londres de 1814
La cerveza se disfruta en todo el mundo desde hace miles de años, pero en cierta ocasión hace ya más de dos siglos, fue la protagonista de un trágico episodio que acabó entrando en los libros de Historia. Al igual que ocurrirá cien años más tarde en Boston, con la gran inundación de melaza –el edulcorante más utilizado en los Estados Unidos en aquel momento– en 1919, un enorme tsunami cervecil de quince metros de altura, recorrió Londres en 1814 sembrando la destrucción a su paso. Esto es lo que ocurrió aquel día.
El epicentro de aquel desastre alcohólico fue la fábrica de cerveza Horse Shoe, situada en St. Giles, un humilde barrio de la capital inglesa y conocida por su estilo de cerveza porter, de fermentación alta, muy oscura y con un sabor muy intenso. Según se dice, era una cervecería próspera y con fama de ser uno de los productores de cerveza negra más exitosos del país.
Eso fue al menos hasta aquel día del 17 de octubre de 1814. En Horse Shoe, la cerveza negra se fermentaba en enormes cubas de casi siete metros de altura, sujetas por aros de hierro de 315 kilos. El día de la inundación, uno de los aros se cayó de una de las cubas. Esto podría parecer algo al menos preocupante hoy en día, pero al parecer era algo bastante común en aquellos tiempos y no fue motivo de alarma inmediata para los empleados de la cervecería. Sin embargo, hacia las 17:30 hora la cuba estalló violentamente. La fuerza de la explosión, causada por la presión en su interior, fue suficiente para abrir también las demás cubas de la cervecería. Incluso rompió la pared de ladrillos de la fábrica, liberando así cientos de miles de litros de líquido directos a las calles de Londres.
«De repente, me vi arrastrado a gran velocidad por un torrente que se abalanzó sobre mí tan repentinamente que casi me privó de la respiración», escribió un turista estadounidense que se encontraba entonces de visita en la ciudad, en una crónica de lo ocurrido publicada unos 20 años después en la revista ‘The Knickerbocker’.
Según algunos informes de época, toda esta ‘cerveza gratuita’ hizo que cientos de personas recogieran el líquido en recipientes que tuvieran a mano o recurrieran a beberlo allí mismo.
Al menos, por terminar sacando algo positivo de esta desgracia, aquel tsunami de cerveza fue el comienzo de la transición definitiva para dejar de usar tanques de madera. En su lugar, se comenzó a usar tanques más resistentes con hormigón, que eran mucho menos propensos a explotar como lo hizo el de Londres. Ah, y la fábrica de cerveza Horse Shoe cerró un siglo después, en 1921, y fue demolida un año después, lo que supone también un mínimo de justicia poética.
Ya sabes, ¡la cerveza mejor en mano!